
Este ave extravagante de vuelo pesado, que se posa sobre las ramas con tanto trabajo, pero que, en cambio, nada muy bien; que se alimenta casi exclusivamente de plantas acuáticas, y que despide, además, un desagradable olor, es el hoacín.

Se le encuentra en vastas regiones de América del Sur, en las Guayanas, y particularmente, en Brasil. Grande como un faisán, visto desde lejos tiene la extraña apariencia de un suave plumero. En él se mezcla el color castaño rojizo y el verde oliváceo con el blanco y el negro. Una cresta de finas plumas que se agitan a la menor brisa corona su cabeza. Y sobre el fondo azul de su cara, sus ojos rojos, bordeados de negro, tienen una mirada fascinante.




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